Lucio Dupuy era un niño de 5 años que vivía en la provincia de Santa Rosa, en La Pampa, Argentina. Hijo de padres separados, fue asesinado a golpes por su madre y la novia de su progenitora.
Una historia que pareciera de ciencia ficción, donde ni el más atrevido de los guionistas podría animarse a redactar. Donde su propia madre, Magdalena Espósito Valenti, la persona con quién debería tener su vínculo más cercano, y debería dar SU vida por su hijo, cambió los roles y junto con su novia Abigaíl Pérez, dieron muerte al niño luego de reiteradas golpizas y abusos sexuales en noviembre de 2021, pero que ya venían siendo regulares desde tiempo atrás según demostró la Fiscal Herrero.
Dentro de las pruebas presentadas por Fiscalía están los mensajes de WhatsApp encontrados en los teléfonos de las acusadas. “Lucio se mandó un moco y le pegué”, “Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”, «No lo quiero ni ver a Lucio porque me amarga la vida», “Estoy harta. Tengo que estar todo el día con este pendejo. No podemos salir. No podemos hacer nada con este pendejo acá”, fueron sólo algunos de los mensajes presentados, y demuestran claramente el desequilibrio mental de ambas acusadas.
El Tribunal de Audiencias de La Pampa, luego de analizar las (espeluznantes) pruebas presentadas por Fiscalía, dictó la siguientes sentencias; para la madre del niño, autora material del «homicidio triplemente calificado por el ensañamiento, la alevosía y por el vínculo» pero fue absuelta por el abuso sexual, mientras que su pareja Abigail Páez fue autora material del «homicidio calificado por ensañamiento y alevosía y por abuso sexual gravemente ultrajante» del niño, sentenciándolas a las dos acusadas a cadena perpetua.
De ésta manera se hace justicia, si se le podría llamar de esa manera, y se espera la condena, la cual se conocerá el 13 de febrero.
Descansa en paz angelito.
