Te conocí feliz, reluciente, activa por la energía del trabajo, con gran armonía, eras una pinturita, pero, ahora te veo enferma, débil, sin ganas de nada hasta te diría “abandonada”. ¿Qué pasó contigo?…contéstame espíritu de las ventanas con rejas y vidrios casi todos rotos, háblame, decime algo, no te contentes con tu pobre destino, te escucharé atentamente desde el comienzo de tus tiempos…y así nomás, con la simpleza que nos da la humildad, comenzó un reencuentro de frecuencia espiritual, yo me senté a la entrada del viejo portón como lo hice varias veces, traje conmigo hoy, una bolsita con bizcochos que compré en la panadería que está cerquita de aquí cuando venía en mi caminata diaria. Debajo de un árbol del frente encontré una chapa abandonada junto a papeles antiguos y revueltos, al darla vuelta decía: “jugo de uva, que rico…vaso $….”, era su primer pista, y desde esa cómoda posición, comencé a recordar charlas que mantuve con varios actores de lo que fue esta industria que fue orgullo de la Colonia Agrícola Suiza Nueva Helvecia.
Este emprendimiento surgió consecuencia del trabajo de varias familias de inmigrantes y criollos que se instalaron por toda la zona. Eran varios los productores que en principio pensaban en formar algún día una cooperativa que lograra la comercialización de su creciente producción entre ellos, algunos recordados: Emilio Robert, Germán Gugelmeier, Alfredo Robert, Aurelio Rohrer, Emilio Gugelmeier, Esteban Mendaña Solares, Walter Schaffner, Santiago Rohrer, Dr. Mario Olaves Amaro, Alberto Franco, Ricardo Schaffner, José Müller, Edwin Gugelmeier, Arnoldo G. Haller, Ramón Errecarte, Alberto Schaffner, Ingeniero César G. Gache, Lucas C. Fripp, Arturo A. Celio, Guillermo Rode, Federico Rösli, Pedro Bernardi (hijo), Carlos Frey, Federico L. Haller, Federico Häberli, Albino Karlen, Enrique Brünner, Carlos Hein, Enzo Gilles, Alfredo Bertinat, Pedro Köhli, Juan Würth e hijos, Luis Scarenzio, Pedro Celio, David G. Berger, José Hirsiger, Alfredo Dovat Pons, Emilio Berger, José Willebald, Eduwiger Matter de Roth, Max A. Gugelmeier, Isidoro Rabera, Jacobo Wolhwend, Guillermo Autino, Pedro Pan, Eleuterio Lemes, Juan Francisco Huber, José María Castro, Ingeniero Roberto Ricco Pena, Santiago Antonio Bertotto.
Y en principio fueron 10 de estos productores con mayor edad y mayor empuje que se reunieron en el lejano año de 1924, en los salones del Hotel del Prado del empresario Alberto Reisch en ese momento, y, que decidieron ponerse de acuerdo formando la “Caja Rural de Colonia Suiza”, que con un capital inicial de $1000 pesos, obtuvo su personería jurídica en ese mismo año. Esta empresa tenía como cometido defender los intereses de los productores de frutas de la zona, e inmediatamente la organización del posible mercado en Montevideo. Para enviar esa mercadería, se utilizaban los servicios del ferrocarril cuya estación estaba ubicada a muy pocos metros de lo que llegaría en el futuro, a convertirse en una fábrica. Pero, voy por un momento a los comienzos de la Colonia Agrícola Suiza Nueva Helvecia.
De acuerdo a los datos que nos suministraron sus descendientes, en el lejano año de 1864 se radicó en la zona luego de haber arribado al puerto de Montevideo en el año 1862 y adquiriendo en la firma Siegrist y Fender cuatro chacras, Eduardo Robert junto a su señora Eugenia Gayol y sus hijos: Adamis, Numa Augusto, Emilio, Luisa, Pablo, Emma, María, todos suizos. Esta familia en primer lugar formó sus hermosas quintas con cuya producción lograron, por el año 1917, instalar su pequeña fábrica para industrializar esas frutas. En la misma procesaban conservas, orejones, varios tipos de dulces. Ya en el año 1927, había dejado de producir esa industria vecina a la zona del barrio uruguayo, de los hermanos Robert. Se logra un acuerdo, y entonces la maquinaria pasa a integrarse a la reciente formada cooperativa. La familia Robert siempre estuvo muy integrada a la fundación del Sindicato Rural Ozark, principalmente Emilio y Alfredo Robert, posteriormente en tiempos más recientes sus descendientes. Entonces, ya se contaba con las máquinas de la anterior fábrica, había que encontrar capital para el ensamble y la operativa fabril. Se logró un préstamo del Banco República y así comenzó a trabajar en el año 1929 la fábrica Ozark.
Se producen dulces, conservas, alcoholes en base a fermentación de pulpas frutícolas. Y también se obtiene la autorización para comenzar a producir un tipo de brebaje en base a alcohol de frutas que se conoció con el nombre de “Prunia”. Esta bebida se componía de distintos sabores. “Prunia roja” “Prunia verde” “Prunia azul”, con un componente diferente en tono, aroma y bouquet. Los comentarios que quedaron de la gente que supo probarla: “exquisita, pero a varios les produjo consecuencias de alguna demora en la seccional quinta, y teniendo en cuenta que no existía por entonces el control de alcoholemia”. Esta bebida era similar a la grapa actual con un alto contenido de alcohol. La distribuía por toda la zona la antigua empresa Ackermann y Kuster. Todo marchaba viento en popa, pero, pero, la intervención del estado en la venta de alcoholes en todo el país truncó ese futuro promisorio que se avecinaba para la cooperativa. Entonces, había que encontrar otro tipo de actividad para la empresa, y es en ese momento que un grupo de productores tomó la idea de instalar un sector lechero, y decidió trabajar en concretar la fábrica de quesos. Y recuerdo que una persona que estaba enterado de todos los pormenores de este sector fue nuestro amigo, el extinto Doctor Roald Gugelmeier, a quien entrevisté ya hace algunos años atrás: …”Mi padre, fue el gerente del Sindicato Rural Ozark desde el año 1926 hasta 1946. Este sindicato fue el primero de gente de trabajo campero que luego se convirtió en cooperativa, un verdadero ejemplo de cooperativismo en el Uruguay”. Siempre Roald, nos recalcó este punto. Nos contó que cuando nació el sindicato había tenido su origen en la antigua Caja Rural de Colonia Suiza y que se había iniciado con 1000 pesos de Capital inicial.
El asesoramiento que tuvieron en principio los productores, lo había suministrado el Ingeniero Crisólogo Brotos. También me dió la lista de los productores que iniciaron el sindicato: Aurelio Rohrer, los señores Alfredo y Emilio Robert, Humberto Gugelmeier, Ramón Errecarte, Agustín Galán, Ernesto Schaffner, Santiago Wolhwend, Aureliano Constenla, León Karlen.…Continúa Roald: “En el año 1932, siempre de acuerdo a los datos que me brindaba mi padre, comenzaron con la elaboración de quesos con fermentos especiales. A partir de estos pasos se comienza a trabajar con suero fermento, preparados por la Escuela de Lechería de Colonia Suiza. El sindicato Ozark llegó a contratar los servicios de un maestro italiano llamado José Franco, el cual no dejaba faltar nada a ningún quesero durante todo el año, porque se tenía que conocer, y evolucionar con los recién nacidos quesos. Y aquí quiero significar poniendo énfasis en el dato, la fábrica de Ozark fue la primera de jerarquía nacional con producción de quesos en alta escala. En esos años se obtuvo pasta blanda que se comercializaba para postre, este tipo tenía una gran aceptación en el mercado de Montevideo. El rótulo que se le ponía a la producción era “Cuartirolo, doble crema”, “Mar del Plata” “Pategrás” “Petit Colonia Suiza” “Camembert tipo Limburg”, y como no podía faltar también un tipo que se le nombró como “Ozark”. Pero también había elaboración de quesos para rayar tipo “Reggiano”. Parmesano, en formas hasta de 20 kilos que se maduraban en sótanos por un tiempo de dos años. También se hacía un tipo de Sbrinz en formas de 6 kilos”… Al final de la entrevista Roald, dijo esto: “quiero reafirmar el concepto de que Ozark fue adelantada en la fabricación láctea a nivel nacional en aquellos tiempos, y era de Colonia Suiza, con productores, todos de la región”. Y, cuando casi nos despedíamos con Roald el día de la entrevista; “te recuerdo que mi padre sacó las fotos históricas del día que “nevó en Nueva Helvecia, acordate, la fecha, 23 de Junio de 1918”.…Creemos que deben ser las únicas fotos del suceso, que fueron captadas por don Humberto L. Gugelmeier Kuster y que se encuentran en exposición en la sede del Museo y Archivo Regional de Nueva Helvecia en la Avenida del Puerto, ahora denominada Federico Gilomen.…Otra de las entrevistas para lograr este artículo histórico fue con Mirtha Gómez, hija de funcionario de Ozark, nos dijo: “Mi padre, Ángel Gómez Bidegaray, nació en la zona conocida como La Polonia cercana a Pichinango, pertenecía a una de las familias numerosas de entonces. Su nombre era Ángel, pero todo el mundo lo conocía por “el Chelo”. Cuando contaba con 32 años el destino lo llevó a perfeccionarse en la industria láctea del paraje La Boyada en ruta Uno: “Frigorífico Modelo”. Luego de dos años allí, la empresa cierra y con sólo una carta de recomendaciones en sus manos debe iniciar otro rumbo. El destino lo trae hacia Nueva Helvecia en el año 1950 e, inmediatamente tiene su trabajo asegurado en la fábrica de quesos y dulces de Ozark, en el edificio antiguo. El director de la empresa en aquellos momentos era Humberto Gugelmeier, padre del doctor Roald. Y, a partir de ese tiempo Ángel, comenzó a elaborar distintos tipos de quesos de acuerdo a las recetas que don Humberto, había traído directamente desde Suiza. Tipos: Limburgo, Camembert, queso colonia, pero además se producía: dulces de leche, dulces de fruta, conservas en lata.
Mi padre siempre recordaba a su compañero dulcero que era Feliciano Rivas, por ese entonces vivía frente a la fábrica. También en otras tareas mi padre siempre se acordaba de Ricardo Rivas, Néstor Fontes, Nelson Haselbeck que era camionero. Juana Trujillo de Ramírez y su hija Blanca Ramírez, ellas envasaban y colocaban las etiquetas a los productos. También realizaba estos trabajos, Severina Pereda Gallozo. Papá siempre nos comentaba que los remitentes de leche venían en aquellos tiempos con sus carros tirados por caballos. Posteriormente, la fábrica fue vendida al señor Rodolfo Howald que fue director de la fábrica Alpa. También nos contaba que en la empresa estaban Ilse y Federico Howald y en la misma continuaron todos los empleados hasta Diciembre de 1964. Mi padre, fue el último empleado que trabajó en esta fábrica. Luego tomó otros rumbos hacia otras empresas de la zona que lo contrataron por su experiencia en gran parte obtenida en esta querida industria. Nosotros, los hijos de Ángel Gómez Bidegaray, nos sentimos siempre honrados de que nuestro padre haya pertenecido a los cuadros de OZARK, esta gran industria con que contó Nueva Helvecia”.…Pero, voy por un momento nuevamente hacia la zona del barrio uruguayo: de acuerdo a los censos de inmigrantes llegados a nuestras tierras, figura allí, arribando en el año 1863 Natalio Fripp que venía desde Partido Quinto, en el Cantón de Tessin junto a su señora María Bernardi y sus hijos, Virginia, Emilia, Carlos, Santina, Juan y César. Se les adjudicaron 60 cuadras de campo. Otros detalles que conocemos, es que uno de sus hijos, Juan plantó viña y en base a esa producción comenzó a elaborar vino casero, que también lo vendía en una pulpería que había por entonces en esa zona de la familia Bernardi. Pasó el tiempo y, Juan vendió la granja que explotaba, a su hermano César Fripp, la cual a su vez fue heredada por su hijo Lucas Fripp en el año 1928.
Fue muy conocida la llamada granja de don Lucas Fripp con su explotación intensa de viñedos que además tenía su propia bodega. Personalmente llegué a conversar mucho con su hijo el apreciado Eduardo Fripp, a quien conocíamos por el apodo de “Edi Fripp”, recordado locutor de CW47 B. Radio Berna, y que también llevó adelante la granja con el sello de su familia. En las charlas que manteníamos con Edi, siempre hablaba de apellidos de productores que habían estado muy relacionados con el buen funcionamiento del Ozark a través de los distintos años, ejemplo: Roland, Rohrer, Karlen, Errecarte, Galán, Schafner, Gugelmeier, Sosa, Robert, Fripp, Viera, Malán, Roth, Negrín, Haller, Berger, Godín, Bratschi, Celio, Barreto.… Llegado el año 1941, don Lucas que estaba muy vinculado ya con Ozark decide vender a la cooperativa la maquinaria de su bodega, la que pasa a integrar la base mecánica del sector vinos.…Entrevista con Luis Manzino: Luis, fue el último gerente del Sindicato Rural Ozark. En base a su conocimiento del tema hemos podido aclarar varios puntos para desarrollar este artículo periodístico: “Era muy importante para la empresa, la tarea que cumplía la balanza, ya que constantemente venían camiones de varios lugares con importantes cargas de cereales a efectuar sus pesajes ya que era una de las pocas que por entonces existían en la zona a varios kilómetros a la redonda. En su momento también fue la única empresa de este tipo en implementar la pasteurización de los vinos con el cual la calidad de los mismos aumentó entre un 25 y 30 por ciento. También tenía una gran importancia la actividad de la industrialización de alcohol de los mostos que eran canalizados para la empresa Ancap”…Conversamos también con Lidio Cauduro Hunkeler: “Ingresé a la empresa por el año 1950 y estuve 36 años en la misma. Recuerdo que en aquel año el encargado era Eduardo Allío, el enólogo Lucas Fripp, gerente Humberto Gugelmeier. Ozark no contaba con camión de reparto, el mismo se hacía en un carrito tirado por caballo. La entrega de mercadería en varios almacenes y boliches. Me acuerdo del almacén de Pisciottano frente a la plaza de deportes, también estaba Pontet en la esquina de 18 de Julio y Stutz. Carlos Font, en calle Guillermo Tell. En la heladería Olgiatti, que por entonces también vendían vino, estaba situado en Colón y Lucerna, ahora Luis Alberto de Herrera. También entregábamos vino y productos, en la despensa El Vazquito de Núñez, esquina Greising y Gilomén. En el almacén Gonzalez Hermanos primeramente en Gilomen y Siegrist, luego frente a la estación Texaco de Gabriel.
Recuerdo que esos tiempos recorríamos casi todos los hoteles que estaban en actividad. Pasaron los años y el Sindicato decidió comprar un camioncito marca Citröen del año 1951, y entonces la cosa cambió y seguí con esta mejora, ya en camión. En esos momentos había varios distribuidores para distintas zonas del país. Recuerdo que en la ciudad de Rosario era el señor Ángel Budetti, también entregaba en la Cooperativa de la empresa Indaré en Boca del Rosario. En Montevideo lo hacía Enrique Weil. La empresa Cánepa venía a comprar quesos y dulces, pero además anexó la venta de vinos. En mi vida dentro de la empresa Ozark recuerdo a muchos compañeros, algunos de ellos: Gualberto Pan, Américo González, Feliciano Rivas, Ricardo Rivas, Ángel Gómez, Carlos Caraballo, Aníbal Vila, Domingo Stemphelet, Moreira, Montero. Por aquellos tiempos había gran actividad en la estación del ferrocarril muy cercana a Ozark. El motocar pasaba dos veces en la mañana y dos en la tarde, agregado a los trenes de carga. Se enviaba por este transporte, vino hasta el Departamento de Flores. Siempre recuerdo que una empresa que enviaba carga de cereales por el tren era la de Octavio Zimmer y el secretario era Orlando Zimmer. Al mediodía casi siempre almorzábamos en la fonda de Graciano Urbel, frente a la estación”…Charlamos también con Néstor Pascual Curutchet, distribuyó por 21 años los vinos de Ozark a infinidad de clientes: “Un día de verano, en la tardecita, ya hace varios años atrás sentados en la vereda de la calle Rodó charlamos con nuestro extinto vecino, Néstor Pascual Curutchet, más conocido por “Quitito”. Estaba apenado por el triste desenlace que se venía para la empresa elaboradora de vinos Ozark, que representaba personalmente con sus repartos por varios departamentos. “Hace muchos años que llevo la camiseta de los productos Ozark. Sin duda la más recordada de las actividades del sindicato, fue la elaboración de los extraordinarios vinos y jugos de uva que aquí se producían. En estos últimos Ozark, fue pionero en la zona. Era constante en los años de auge la cantidad de personas que estaban relacionadas directas o indirectamente con esta cooperativa, ya sea como productores, trabajadores, distribuidores, comerciantes, camioneros conduciendo sus rodados hasta el tope con damajuanas.
Como vos mismo lo pudiste verificar, mi camión lleno de damajuanas de 10 litros, 5 y 3, y no me digas nada de las botellitas de jugo de uva que ha tenido una aceptación espectacular. Fíjate que yo voy todas las semanas con mi reparto a los boliches de los distintos pueblos y ya me están esperando con los envases vacíos y dejarles los llenos. Día a día pienso como se puede salvar la industria marca de Nueva Helvecia, pero lamentablemente no llegan las soluciones, esto me tiene con mucho dolor por la calidad que tiene el producto y lo que significa esta marca para Nueva Helvecia” …También mantuvimos un diálogo con Sergio González: “quiero destacar las actividades desarrolladas por aquellos lindos años cuando trabajé en Ozark, el tema fundamental que era “la higiene”. Era el tema número uno, y primordial, la limpieza con productos cuando se rompía algún envase, todo tenía que relucir. Trabajábamos muy cómodos, había una gran unión entre todo el personal. Quiero destacar también la importancia que tenía en aquellos tiempos la pasteurización que se hacía a los vinos. En ese tiempo fue la primera bodega en realizarlo, lo que hacía de ella, un de las de primera línea a nivel nacional. El exquisito jugo de uva, renombrado por todos lados, y en estos mismos momentos que ya no se encuentra en el mercado, la gente aún lo recuerda. Como palabra final una querida y hermosa experiencia en mi vida, la querida cooperativa Ozark”El siguiente comentario: Fuente: José Bisso de su libro “Hombres y obras de Nueva Helvecia” “Recuerdo que siendo niño veía a don Umberto salir al mediodía desde su oficina en Ozark, siempre con su usanza de los tiradores de cuero, tipo suizo con su infaltable edelweiss, a paso lento, saludándose con cada persona que se le cruzaba, llegaba hasta el domicilio, que se ubicaba en la avenida Gilomén entre Carlos Cunier y la hoy designada calle en homenaje a la flor simbólica suiza, Edelweiss. 20 Julio 1924 Sindicato Rural OzarkPor iniciativa del Ing. Agr. Brotos se funda en el Hotel del Prado el Sindicato Rural Ozark. Se inició con el envío al mercado capitalino de frutas frescas a través del ferrocarril para luego dedicarse a la elaboración de conservas, dulces, orejones, quesos y un destilado de ciruelas que se conoció como Prunia. La elaboración vitivinícola arcaba en la temporada una febril actividad y una calidad del producto muy destacada; llegó a contar con una de las dos únicas pasteurizadoras de vinos que tuvo en ese momento nuestro país (año 1980), un rescate de esa época fueron los afamados vinos Codevi y Viejo Lucas muy apetecidos por los paladares conocedores. …Diálogo con Eduardo Bertinat Allio:“Yo puedo hablar sobre esta extraordinaria empresa que conocí, hasta el año 1955 más o menos tiempo en el cual me fui a vivir a Montevideo, a pesar de venir esporádicamente a visitar a mi familia. Recuerdo que esta cooperativa tenía distintos tipos de rubros. En la elaboración láctea, recuerdo que el encargado era don Umberto Gugelmeier, el padre del doctor Roald. Como empleados a algunos recuerdo, Alfredo Wolhwend. Feliciano Rivas, Santiago Rivas, un señor Gómez, Vila, Caraballo.
Elaboraban dulce de leche, quesos grugere, roquefort, parmesano, otras variedades me parece que no hacían. La producción creo que la enviaban hacia Montevideo vía ferrocarril que la estación estaba cerquita y llegado a su destino mediante, “sótanos y agentes” se hacía la distribución. Desde las instalaciones de la cooperativa, me acuerdo que se habían construido aprovechando el declive, canaletas donde circulaba el suero hacia un gran criadero de cerdos que estaba en otro terreno lindero a las vías. En cuanto al tema suero, en un tiempo se comenzó a experimentar con esta materia prima para tratar de utilizarlo como se hace actualmente para derivados en bebidas lácteas en ese tipo de industrias. También se experimentó con caseína. Pero no solamente, se trabajaba en el rubro lácteo, sino que fue muy importante la fábrica industrializadora de frutas. Una cantidad de personal femenino trabajaba en ese rubro. Y en los últimos tiempos fue importantísima la actividad de la bodega, conocía a gente que trabajaba permanente, y en tiempo de la vendimia se incorporaba gran cantidad de gente zafral. Recuerdo muy bien a don Lucas Fripp, a Bernasconi y además tuve un tio llamado Víctor Eduardo Allío Schneiter, y a mi hermano, Erwin Andrés Bertinat Allío, que trabajaron en aquí, ¿cómo entonces no recordar con cariño a esta cooperativa que fue parte de mi propia familia?”…Y, cuando miré el reloj, había pasado ya varias horas a la sombra del árbol, escuché un movimiento al lado de la bolsita de biscochos y era un lindo perrito que me miraba como diciéndome “dale… invítame con uno, que te cuesta”, ¿Cómo me podía negar a invitar un amigo del camino?…él quedó saboreando, con una carita de agradecido, y yo mirando de vez en cuando las paredes de ozark que poco a poco se alejaban en el repecho de la calle Siegrist y Fender; recordaba a los amigos de los últimos tiempos cuando venía seguido, a comprar jugo de uva, exquisito, o vino espumante para fin de año, Julio Meny, Roberto Ettlin Rozza, Luis Manzino, Hugo Quesada, Montero, Cauduro, Quitito Curutchet
¿Qué nos pasó?, ¿de repente se fue todo el entusiasmo que tenía este querido barrio neo helvético?… el sabroso elemento interior, ese néctar exquisito, hoy día quedó sólo en envases de vidrio vacíos…sigo caminando, la calle está desolada, en silencio…silencio…silencio.
Por Miguel Cabrera Arriaga.
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